De noche iluminado, al atardecer, cubierto de nieve, rodeado de vivos colores en primavera o de hojas secas en otoño... incluso en blanco y negro, cualquiera de estas evocadoras imágenes que del Palacio de Cristal podemos fácilmente encontrar le presentan como uno de los más bellos rincones de Madrid.
Todos tenemos nuestros rincones preferidos donde evadirnos por algunos instantes, o por horas, donde no queremos que pase el pase el tiempo, que se quede detenido y no corran los minutos. Todos tenemos esos sitios mágicos o especiales donde perdernos, donde desconectar y descansar del mundanal ruido, esos a los que recurrimos cuando queremos deleitar nuestros sentidos: ver, oír, oler. Un secreto: yo tengo más de uno (este entre otros !!).
El Palacio de Cristal se haya ubicado en pleno corazón de Madrid, dentro del popular Parque del Retiro, pulmón verde de inmejorable situación en la capital, donde madrileños y foráneos acuden cualquier día de la semana buscando aire puro, disfrutar de momentos de deporte y ocio o pasar un agradable rato de relax. Un oasis de tranquilidad y calma. Un bello entorno natural al que acudo con mis zapatillas para correr, con mis libros para leer, con mi cámara para tomar fotos... Un privilegio contar en el centro de esta ciudad con un espacio así. Estuve esperando a que cayera una buena nevada en Madrid para ir a capturar su imagen más codiciada. También esperando una quedada de fotógrafos aficionados para tomar la mejor vista del atardecer, con el sol cayendo por detrás, que no se produjo. Dicen que contemplar ambas cosas son impresionantes pero yo no quise esperar y salí una mañana de domingo en invierno sabiendo que no tomaría las mejores fotos. Ni los cipreses de los pantanos que están metidos en el agua del estanque ni los castaños de Indias que rodean el edificio presentaban sus colores rojizos más bonitos. Da igual !! Es precioso de todas las formas, bajo cualquier luz o en cualquier estación.
Construido en hierro y vidrio en 1887, con motivo de la Exposición sobre las Islas Filipinas que tuvo lugar ese mismo año, el Palacio de Cristal se concibió como invernadero destinado a acoger las plantas tropicales que iban a llegar para la muestra procedentes de las islas. Fue diseñado por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco quien se inspiró en el Crystal Palace de Hyde Park, en Londres, construido unas décadas antes como sede de la primera Gran Exposición Universal. El edificio se levanta con una estructura metálica recubierta de planchas de cristal sobre una planta de cruz griega, con uno de los brazos eliminado para construir el pórtico de entrada. Este concepto de espacio arquitectónico transparente fue la primera vez que se empleó en España en un edificio no industrial y el palacio se convirtió en un claro ejemplo de lo que fue el comienzo de la arquitectura de hierro en este país. Sufrió una primera restauración en 1975 que lo reconstruyó y lo devolvió a su concepción original. Años más tarde, en 1994, una segunda restauración reintegró los elementos decorativos y es así como se encuentra hoy en día. En la actualidad, el Palacio de Cristal es, junto con el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro, una de las dos sedes expositivas dependientes del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
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