Planeta Cereza: Kintsugi, el arte de convertir lo frágil en fuerte

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viernes, 29 de agosto de 2014

Kintsugi, el arte de convertir lo frágil en fuerte


Treasured heart - Shelly Penko


Hace poco más de tres meses, dando una vuelta por las fiestas del "Dos de mayo" que se celebran en el popular barrio madrileño de Malasaña, compré, en un puesto de la Feria de la Cacharrería, una original fuente de cerámica para ensaladas. Es preciosa, al menos a mí me lo parece, está decorada con cálidos colores que flotan haciendo aguas a modo de papeles marmolados, en un diseño único e irrepetible. Quizá debiera decir que "era preciosa", pues he tenido la mala suerte de romperla antes de llegar a estrenarla, o quizá no, en algunas culturas algo roto y arreglado es más bello que lo que era en un principio. En otro tiempo la hubiera tirado sin más, incluso con rabia por mi torpeza, sin molestarme siquiera en ir a comprar pegamento especial, pues tengo alergia o soy sensible a determinadas resinas que se emplean su fabricación, sin embargo esta vez no quería desprenderme de ella y con lo que a mí me gusta enredar, encontrar todos los días algo nuevo o sorprendente y buscar soluciones para todo en la red, me puse rápidamente a buscar como reparar la rotura sin que apenas se notase. Así es como di con la palabra Kintsugi y con un gran número de blogs y páginas web que hacen referencia a ella y de los cuales unos cuantos señalan un paralelismo entre este arte japonés, que no disimula roturas sino que las acentúa,  y  la capacidad de las personas para reparar las grietas de nuestros "frágiles" corazones rotos. Me ha encantado leerlos y descubrir esta antigua técnica japonesa que revaloriza, en muchos sentidos, las piezas rotas y convierte lo feo en hermoso.








Se llama Kintsugi al arte tradicional japonés de reparar la cerámica rota con un adhesivo, hecho con resina del árbol de la laca y polvo de oro, que une y  rellena las grietas sin disimular la fractura o la imperfección, haciendo justo lo contrario, resaltándola, dando así a la pieza una nueva estética y un nuevo valor pues la pieza rota y reparada adquiere un significado nuevo: cuando algo se rompe o ha sufrido algún daño, ese algo tiene una historia propia que lo hace aún más precioso. Dicho poéticamente, Kintsugi es el arte de convertir lo frágil en bello y fuerte.

Detrás de esta bonita palabra, Kintsugi, se esconde una curiosa historia. Cuentan las leyendas, y casi todos las webs que he leído, que al shogun Ashikaga Yoshimasa, quien gobernó en Japón durante el tercer cuarto del siglo XV y quien bajo su mandato promovió la cultura Higashiyama basada en  parte en la estética del budismo zen y el concepto de imperfección, incompletitud e impermanencia de wabi-sabi, se le rompió un día su tazón de té preferido. Al ser un gobernador poderoso y de carácter determinante, ordenó que su tazón fuese reparado en China, de donde provenía, pero cuando el tazón llegó reparado el shogun sufrió una tremenda decepción ya que las piezas de este fueron unidas con grapas metálicas que le afeaban e inutilizaban. Entonces, no dispuesto a perder su tazón, mandó a artesanos japoneses que buscasen una solución para devolverle su utilidad y belleza. Estos unieron las piezas y rellenaron o cubrieron las grietas con laca líquida y polvo de oro dando lugar a esta técnica tan valorada que significa literalmente carpintería de oro o unión de oro.








Hay quien ve este tipo de arte como un claro reflejo de la filosofía oriental que plantea que las roturas y reparaciones personales no deben ocultarse sino mostrarse, pues eso forma parte de nosotros y nos fortalece, nos da una nueva vida diferente y completa; un enfoque espiritual que nos invita a encontrar la belleza cuando algo en nosotros está roto o fracturado;  una similitud entre el valor del oro que embellece las cicatrices de los objetos y el valor del amor que repara las fracturas que pudo sufrir nuestro corazón en las relaciones de amistad o sentimentales. Cuando algo en nosotros se rompe mostrar nuestra fragilidad y nuestra capacidad de recuperación nos hace también más fuertes y más bellos.








No sé que va a pasar con mi ensaladera. Ahí la tengo enmendada por mi madre con pegamento "especial" del chino, pero rota y sin usar. No conozco a ningún artesano japonés que me la arregle y me temo que mis fracturas me las tengo que arreglar yo sola. No tiene un valor económico o sentimental especialmente significativo para mi pero no quiero que se llegue a fracturar del todo (por solo 25 euros más gastos de envío quien no quiere tener todas sus grietas rellenadas ?? ). 











2 comentarios :

  1. qué estupendo! tengo un plato negro con un dragón dorado que se me rompió hace tiempo. Lo pegue como tú a ensaladera, bueno...peor. Con esto me quedaría genial

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    1. Si el dragon es dorado igual puedes poner la pasta en color plata, que la hay, para dar más contraste. Y seguro que tiene que haber aquí algún apaño que haga las veces. Habrá que preguntar en tiendas de manualidades. Gracias Beatriz !!

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