Esta es la primera vez que escribo en la sección "Rincones" sobre un lugar que nada tiene ver con la palabra rincón en ninguna de sus acepciones. Este lugar, que acabo de visitar durante las vacaciones de Navidad, no es ni ángulo ni esquina, todo lo contrario, es una estructura metálica visitable que se extiende en altura sin límite de espacio, más que el impuesto, y no la delimita el encuentro de ninguna superficie. Tampoco es un lugar apartado, sino que se ubica en el centro de Madrid, bueno más concretamente al noroeste, en lo que se conoce como la Ciudad Universitaria; no es precisamente pequeño y no se habita de ningún modo en él, sino que se pasa dentro un breve espacio de tiempo limitado, el suficiente para obtener una excelente visión panorámica de gran parte de la ciudad "desde arriba".
Esta "Torre de Iluminación y Comunicaciones" del Ayuntamiento de Madrid que veis en las fotografías y que muchos de los que vivís en la capital conoceréis aunque solo sea por fuera, fue diseñada por el arquitecto madrileño Salvador Pérez Arroyo para conmemorar la elección de Madrid como Capital Europea de la Cultura en 1992 y es conocida por todos como el Faro de Moncloa, un faro sin costa, sin navegantes y sin nadie a quien guiar ni iluminar en la oscuridad de la noche, como se pretendió en su origen.
El Faro de Moncloa no es un lugar muy concurrido, ni muy conocido y casi, me atrevo a decir, ni muy querido ni entendido por los madrileños. Nunca se convirtió, como era la idea inicial, ni en icono ni en emblema ni en símbolo de Madrid, quizá porque nunca cumplió la función para la que se construyó y además estuvo 10 años cerrado por motivos de seguridad tras los cuales fue recuperado y renovado en 2015 para "dar a los madrileños un recurso turístico absolutamente atractivo", sin prácticamente otro uso actualmente. Pero a mí esta torre-mirador, que visité un par de veces en sus comienzos y que ahora vuelvo a visitar acompañada de mis hijos, me gusta bastante y me parece un sitio curioso e interesante y muy "chulo", por ponerle algún adjetivo así propiamente madrileño. Una visita al Faro de Moncloa me resulta un plan ideal cualquier fin de semana, o como en este caso en vacaciones de Navidad, para acercarse a echar un vistazo, echar unas cuantas fotos y disfrutar Madrid desde las alturas.
Hace apenas un mes, Madrid se levantaba una mañana cubierta por un gran manto blanco de niebla densa que cubría toda la ciudad, y su vez, los madrileños nos levantábamos sorprendidos y rodeados por unas fascinantes fotografías, difundidas en las redes sociales y medios, de nuestra ciudad cubierta por un mar de nubes blanco del que sobresalían los pisos superiores de Las Cuatro Torres, y disfrutando por otra parte, como no, de tan bellas imágenes. Un espectáculo precioso, sin duda debe serlo, poder contemplar desde lo alto de estos rascacielos de tan impresionante panorámica. En un día así con una niebla tan espesa, no se vería mucho desde el mirador del faro, incluso aunque es una torre alta de 110 metros creo que habría quedado por debajo del mar de nubes, pues su altura es aproximadamente la mitad de la de estos cuatro rascacielos, pero en un día claro y soleado como los que estamos teniendo este invierno, se puede ver mucho Madrid. Y Madrid es famosa, entre otras muchas cosas, por sus tejados y azoteas (los de la proximidades al faro se ven con mucha claridad) también por las buhardillas, terrazas y esculturas de edificios históricos o emblemáticos que a veces nos perdemos cuando nos perdemos paseando por la ciudad sin levantar la vista al cielo. A los madrileños nos encantan nuestros tejados, que tienen un encanto especial (por algo nos llaman "gatos" aunque este apelativo no sea por recorrer estos y saltar de uno a otro, sino que venga del tiempo en el que Madrid era Mayrit) y alguno de nosotros, no sé si muchos pero al menos yo, aprovechamos en ocasiones los días claros para subirnos a cualquier sitio y poder otear la ciudad desde lo más alto. hay bastantes oportunidades en la ciudad para hacerlo.
De todos los rascacielos y torres que conforman el skyline madrileño, o incluso de algunos otros edificios que ofrecen increíbles vistas de la metrópoli, puedo decir que solo he subido a una mínima parte de ellos: el Círculo de Bellas Artes, el Museo Reina Sofía, la Torre de Madrid de la calle Princesa, el Gourmet Experience de la Plaza de Callao, tres o cuatro terrazas de moda... así que recuerde, quizá algún otro, pero hay muchísimos más: el Pirulí, las Cuatro Torres, la Torre de Colón, la Torre Picasso, Torre Europa, el Edificio BBVA, también el desaparecido Edificio Windsor, que se quemó el día en que nació Pablo, a quien veis en alguna de las fotos, y tras lo cual se cerró el faro, no porque él naciese, claro está, sino porque se revisaron las normas de seguridad y accesibilidad de muchos edificios tras este incendio y el Faro incumplía algunas. Muchas de estas construcciones, que se pueden divisar desde muchos puntos de la ciudad, se pueden ver también desde el Faro de Moncloa a través de las cristaleras de su mirador ya que este ofrece una panorámica única y unas vistas privilegiadas. Merece la pena realmente coger el ascensor y comprobarlo. En tan solo 50 segundos se sube hasta este mirador, con forma de platillo volante, que se encuentra a 92 metros de altura. No es la construcción más alta de Madrid, como he dicho tiene 110 metros de altura, pero desde aquí se puede ver bien las vistas más próximas del Distrito Moncloa-Aravaca y el entramado de sus calles, la expansión de la ciudad de norte a sur, el Parque del Oeste, la Casa de Campo, sus torres más altas, algunos de los monumentos más significativos de Madrid, el Palacio Real, la Catedral de la Almudena ... y en días muy claros, zonas más lejanas de la sierra de Madrid con una perspectiva de hasta 100 kilómetros a la redonda. En la visita al mirador se pueden encontrar paneles informativos con la reproducción gráfica y ubicación de estos.
Espero que os gusten las fotografías, que no superan a las vistas que ofrece el Faro, pero bueno, es mucho mejor subir y verlo.
FARO DE MONCLOA
Avenida Arco de la Victoria , 2
28040 - Madrid
Teléfono
915501251
faromoncloa@esmadrid.com
Metro: Moncloa (L3, L6)
Autobús: 44, 46, 82, 83, 132, 133, 160, 162, A, G
Precio:
3 euros (1,5 euros para niños entre 7 y 14 años, desempleados, mayores de 65 años, personas con discapacidad y su acompañante. Gratis para niños hasta 6 años incluido). Las entradas pueden adquirirse en el vestíbulo principal del faro o por compra online.
Horario:
-Mar-Dom: 09:30-20:00 h. Lunes (salvo aperturas especiales) cerrado.
-Lunes (salvo aperturas especiales) CERRADO.
Importante:
- Entrada general con visita libre y una duración máxima de 30 minutos (último acceso a las 19:30). Las entradas se adquieren en el vestíbulo principal u online y están asociadas a una hora fija.
- El acceso al mirador del Faro estará siempre sujeto a las limitaciones de aforo del mismo.
- Punto de Información turística Faro de Moncloa: Situado en la base del Faro.
Abierto los 365 días del año: de 09:30 a 20:30 horas (información general sobre la ciudad de Madrid, su agenda de ocio, y los productos y servicios que el Ayuntamiento de Madrid pone a disposición del viajero como su tarjeta turística Madrid Card o el autobús turístico Madrid City Tour).
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