Siempre que voy con mi cámara de fotos a algún sitio que de antemano ya sé que me entusiasma, o sin más de pronto descubro uno nuevo que de una manera u otra acaba deslumbrándome, me ocurre en los dos casos lo mismo: hago demasiadas fotos. Da igual que sea uno de esos rincones favoritos que frecuento mucho o poco, y en este caso ya voy preparada para buscar nuevos detalles que capturar, o bien que sea un lugar hasta ahora desconocido que me sorprenda gratamente, como fue lo que me pasó el mes pasado con este último rincón del año que publico hoy. Me dejo llevar por mi arrebato y luego sufro las consecuencias.
Hace unas semanas me invitaron a una visita privada a la Bolsa de Madrid y este precioso palacio neoclásico sede de la institución, precioso por dentro y por fuera, fue el objeto de mis innumerables disparos, disparos fotográficos claro !! Muchos, muchísimos. Quizá no sean (no, quizá no, con seguridad) no sean necesarios, digo, tantos como los que tiré para intentar mostraros la belleza de este edificio tan emblemático de Madrid, con unas cuantas fotografías de las principales dependencias que se visitan y alguna otra de los muchos detalles que te puedes encontrar dentro: cristaleras, adornos, frescos, relieves, símbolos, objetos, lámparas..., nos podemos hacer una idea. Pero es que a mí se me va el dedo a la mínima y acabo realizando cientos de fotos por lo fácil que resulta en este mundo digital apuntar y disparar, una y otra vez, sin perder a la vez onda de lo que me van contando, que mi interés no solo es retratar todo lo que veo, sino también enterarme de todo lo que pueda. Y así, a lo tonto, como poco, cada vez que me entusiasmo o arrebato, hago unas 300 fotos aproximadamente de media porque ya que las hago de paso pienso: “si escribo 4 líneas, u 8, lo publico”. Pero pasa también que luego hay que descargarlas, verlas, quitar las malas, seleccionar las posibles, quitar repetidas, hacer de nuevo otra criba porque siguen siendo aun muchas, editar y retocar algunas, firmar todas.... y eso lleva su tiempo, un rato largo como suelo decir. Así que me pongo enseguida manos a la obra. Tengo fotos, tengo texto, sí, lo publicaré, ¿ pero... cuándo ? Solo he tardado poco más de un mes en montarlo.
Había un vecino de mi calle, cuando era pequeña, que trabajaba en la Bolsa y habitualmente le veíamos en la tele cuando conectaban (o salía la Bolsa) en el telediario. Era un señor fácilmente reconocible entre los muchos señores que hacían "corrillos" allí en las imágenes del Parquet en plena ebullición. Cuando salían las noticias de la actividad de la Bolsa siempre mirábamos en casa por si salía el vecino, del que nunca supimos nombre ni profesión, y por eso nos fijábamos mucho en lo que allí pasaba. A mí siempre me pareció que esto de las operaciones bursátiles que tenían lugar en la Bolsa era cosa de pelearse, muchos nervios, estres, tensiones... que se daban de tortas comprando, vendiendo o haciendo negocios varios y por eso me resulta curioso el lema de la Bolsa: "Sin Paz no es posible el Comercio" (el proyecto del arquitecto Enrique María de Repullés tenía el lema "La paz protege a España y al comercio", frase que se puede ver en el techo del Salón de Cotizaciones).
El Palacio de la Bolsa de Madrid fue inaugurado por la Reina Regente Mª Cristina el 7 de Mayo de 1893. Su construcción fue aprobada en 1878 pero las obras no empezaron hasta 1886, por problemas económicos, en los terrenos cedidos por el Estado en la Plaza de la Lealtad. Antes de este emplazamiento y desde la creación de la Bolsa en 1831, la Bolsa tuvo varias sedes que iban cubriendo las necesidades de la institución bursátil según avanzaban los tiempos ("La primera sede en la Plazuela del Angel, esquina a la calle Carretas. En 1832 se traslada a la Casa de Filipinas, también cerca de la calle Carretas. En 1841 pasa al Claustro del Convento de San Martín y en 1846 al Monasterio de las Monjas Bernardas, en la calle de Alcalá. Sólo un año más tarde se vuelve a trasladar al Convento de los Basilios, en la calle Desengaño. En 1875 se emplazó en el edificio de la Aduana Vieja, en lo que se denominó la Plaza de la Bolsa").
Sobre la historia del edificio y de la institución, sobre el juego de la bolsa, los mercados, las cotizaciones... mi "guía particular" me contó muchas cosas muy interesantes. Algunas, las más anecdóticas podría ser capaz hasta de repetirlas aquí pero de las económicas...ni idea. Entre lo que aprendí del mercado de valores y de la historia de esta institución, entre todas las fotos que hice... se me pasó la mañana volando. El palacio es visitable y la visita guiada que se puede realizar al edificio suele tardar aproximadamente una hora. Yo tuve la suerte de poder estar mucho más allí, pero me hubiera quedado aun el doble de tiempo, o hasta el "toque de campana" que indicase mi salida :-)
La fachada.
"En el exterior hay que destacar su fachada principal, donde nos encontramos con 6 enormes columnas con capiteles de estilo corintio, como primer pórtico de acceso a un amplio vestíbulo de recepción a los visitantes. Por encima de las columnas, podemos ver un friso con el título ‘Bolsa de Madrid’ y por encima de él, el reloj y cuatro bajorrelieves con medallones que representan ‘La Industria’, ‘El Comercio’, ‘La Agricultura’ y ‘La Navegación’".
El Parquet o Salón de Contratación.
"Ocupa la nave central y principal del edificio donde, hasta la aplicación de la reforma de la Ley del Mercado de Valores de 1988, la contratación de valores se realizaba de viva voz, con la participación de agentes de cambio y bolsa, entidades financieras e inversores. La superficie vallada situada en el centro, era la utilizada para realizar las compras y ventas, a los gritos de ‘tomo’ (compro), ‘doy’ (vendo) y ‘vale’ (hecho). Esto sucedía en los llamados ‘corros’, cada uno de ellos compuesto por un sector de valores. Su duración era de 10 minutos y su comienzo y final se anunciaba mediante el sonido de una campana. El control del tiempo se llevaba a cabo por un reloj con tres esferas, situado en la parte alta de una columna, réplica de la existente en la Bolsa de Amsterdam, siendo ésta la primera Bolsa oficialmente instaurada en Europa en 1611. En la parte posterior del reloj hay una cuarta esfera, un barómetro, conocido como ‘El Barómetro Bursátil’, que marcaría la presión existente entre la oferta y la demanda".
Salón de los Pasos Perdidos.
"El nombre se debe a las numerosas reuniones que se mantenían en él cuando la contratación se realizaba ‘de viva voz’ y el suelo estaba cubierto con una gruesa alfombra que amortiguaba los pasos de los visitantes. Además de sus lámparas, podemos admirar dos ‘Caduceos’ esculpidos en las paredes de sus fondos, enriquecidos con las ‘cuernas de la fortuna’, la ‘rueda de la industria’ y como a una referencia al mar, como señal de avance y progreso, varios aparejos náuticos: un ancla, un remo y un arpón.
A lo largo de la cenefa dorada que rodea el techo de vidrio, podemos observar la representación de la moneda única, instaurada por el gobierno en 1868, ‘la peseta’, en sus entonces tres versiones de oro, plata y cobre. Por una de sus partes, el salón nos permite asomarnos, por unos amplios ventanales, a cuanto pueda acontecer en el ‘Parquet’. Por la otra, nos permite entrar al que se conoce como ‘Saloncito de Fumadores’. Dentro de él, resaltan dos retratos de Alfonso XIII con uniforme de gala, así como una pintura de Luis Taverner en el techo, en la que aparece Mercurio, patrón de la Bolsa, en un entorno campestre".
"Mirando hacia arriba desde el Parquet, iremos descubriendo a lo largo de todo el anillo inferior al techo de vidrio y por orden ascendente, los escudos y los nombres de los países con los que en 1893 España mantenía una mayor relación comercial. Por encima de ellos, se alternan los escudos de las provincias españolas, con unos bolsos dorados, que configuraban el escudo heráldico de la familia Van der Bourse de Brujas en Bélgica, que dieron origen a la denominación ‘Bolsa’ en diversos países latinos. En la parte superior a los ventanales con franjas doradas, que permiten pasar una la luz más cálida, similar a la solar, se puede ver la representación que Luis Taverner realizó de las económicamente más prósperas provincias españolas de la época, incluidas Cuba y Filipinas y representando en cada pintura, sus principales productos y actividades económicas".
Salón de Cotizar.
"Este espacio puede ser considerado la ‘joya’ del Palacio. Hasta el verano de 1989 y al finalizar cada sesión, se reunían en él los Agentes de Cambio y Bolsa, con el fin de proceder al cierre de la misma, elaborando el acta oficial que se facilitaba a los distintos medios de comunicación. Todo el mobiliario incluido en su interior procede de los tiempos de la inauguración del Palacio. A lo largo de sus paredes, en las que hay impresos multitud de ‘Caduceos’ dorados, destacan los retratos de las personas que han ido presidiendo la Institución: Síndicos-Presidentes primero y Presidentes de la Bolsa de Madrid después (sólo los dos últimos).
Es muy relevante pintura realizada en el techo del salón por Luis Taverner. El artista quiso plasmar la importancia del comercio para unir a los distintos pueblos del mundo. Para tal fin, representó con cinco mujeres a los cinco continentes, bajo la presidencia de Mercurio con un ‘Caduceo’ dorado en su mano, así como las artes y las ciencias, incluyendo instrumentos musicales, paletas de pintor, esculturas y un telescopio. Entremezclados a lo largo de la obra, figuran varios postes de telégrafo, que era el medio de comunicación más avanzado de la época y que permitía difundir de forma rápida la información procedente de las sesiones bursátiles.
En la mesa presidencial se encuentra una escribanía de plata elaborada hace décadas por un orfebre madrileño. En el otro extremo de la sala, se encuentra situado un gran reloj de madera con, igualmente, varias décadas de antigüedad".
PALACIO DE LA BOLSA
Plaza de la Lealtad, 1
28014 Madrid
Tel: +34 91 7095000
infobolsamadrid@grupobme.es
- Visitas Individuales
Todos los Jueves a las 12.00 h.
Reserva para visitar el Palacio a través de la dirección de correo electrónico: visitas@grupobme.es
- Visitas de Grupos
Centros de Bachiller (colegios, IES, etc...)
Otros grupos: profesionales, universidades, centros de formación profesional, asociaciones, etc...
Horario: desde las 10.00 h., de Lunes a Viernes
Grupos de 30 personas como máximo
Edad mínima: 16 años
- Actos y Conferencias
El Palacio de la Bolsa ofrece a empresas e instituciones la oportunidad de realizar sus eventos corporativos en un entorno único y de gran interés económico-artístico. Para ello cuenta con espacios emblemáticos como el Parquet,, el Salón de los Pasos Perdidos o el Salón de Cotizar. Además, también dispone de otras salas que, equipadas con la tecnología audiovisual más moderna, pueden cubrir todo tipo de convocatorias o eventos: seminarios, conferencias y congresos, reuniones de trabajo, entregas de premios, presentaciones de libros, almuerzos, cócteles y cenas de gala, ruedas de prensa, lanzamiento y presentación de productos...
Todas las fotografías pertenecen a
Planeta Cereza. El texto entrecomillado que las acompaña está extraído de la página
web de
Bolsa de Madrid.
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