Planeta Cereza: noviembre 2016

martes, 15 de noviembre de 2016

Esta también es una superluna





No tenía este guardado en mi agenda este proyecto artístico que encontré recientemente sobre el ciclo de la luna para sacarlo del interior de sus páginas y hablar de él cuando hubiese una superluna como la de ayer, pero hoy me ha resultado realmente buena la ocasión para hacerlo, porque este trabajo de la artista urbana Mademoiselle Maurice me parece tan grande y tan especial como la propia Luna llena que pudimos contemplar esta noche pasada, una luna que se ha apreciado más luminosa que nunca, que nunca en mi vida, claro, porque superlunas hay muchas, este año y todos los demás, una luna tan grande y tan brillante como no se ha visto en 70 años y como no la veremos igual casi en otros 20. Por algo se la llama superluna !!








Cycles Lunaires es el título de uno de los últimos trabajos de la artista francesa que firma con el nombre de Mademoiselle Maurice, una joven creadora, de formación en arquitectura, que tras tener un inicio profesional en esta disciplina como arquitecto en Lyon, se trasladó por un año a Japón, país donde aprendió origami, el arte japonés del plegado de papel, el cual incorporó a su proceso creativo como medio de expresión y con el que hizo allí sus primeras intervenciones de Street Art.

Mademoiselle Maurice ha realizado intervenciones urbanas en distintas ciudades de todo el mundo, instalaciones en espacios al aire libre, galerías, museos o participaciones en festivales de arte urbano como se puede ver pinchando aquí, en su página web, pero ha sido París, una de las ciudades donde reside y trabaja, la elegida para llevar a cabo este asombroso proyecto realizado con poco más que papel plegado.













Cycles Lunaires es una instalación evidentemente efímera, colorista y visualmente muy atractiva y ya solo por eso me encanta, pero además es una intervención urbana positiva y esperanzadora dentro del entorno urbano donde se ha realizado: un antiguo barrio del distrito 13 de París, en proceso de transformación, en el que algunos de sus edificios van a ser remodelados o destruidos para dar paso a otros más modernos que convivirán con otros tantos nuevos espacios públicos en esta zona del sur de la ciudad. La obra de Mademoiselle Maurice sobre el ciclo lunar, que ha realizado en colaboración con la Galería Mathgoth, especialista en la promoción de arte urbano, y en la que han participado artista y público (involucrando a los ciudadanos con una votación sobre el diseño y estableciendo con ello un diálogo entre el proyecto artístico y el público), es una "supercreación" en mi opinión, tanto por su idea y su concepto, por la dificultad técnica de la realización a la que se sumó el mal tiempo meteorológico que la complicaba aun más, por el fascinante resultado final como por sus imponentes dimensiones, quizá es el mural más grande que se haya realizado en París. Mademoiselle Maurice ha dispuesto más de 15000 aves de origami, para las que ha empleado más de 150 horas en el plegado del papel) en la fachada de 2000 metros cuadrados de un edificio de la Rue Paul Bourget que será demolido a finales de año, una fachada de 140 metros de largo y 15 metros de altura que previamente ha pintado de color negro con 500 litros de pintura. Tres semanas ha sido el tiempo que tardado en realizar el montaje in situ y unos tres meses aproximados el tiempo que ha permanecido o iba a permanecer expuesto, no sé bien, desde junio hasta agosto. París no me pilla a la vuelta de la esquina, que bien quisiera yo, y por tanto, y porque no he encontrado noticia alguna, desconozco que cantidad de "maurigamis" (maurigamis es el término que ha utilizado la artista para denominar sus origamis tratados con una capa de pintura que les hace más resistentes) quedan aun pegadas en el muro. Quizá con la llegada del mal tiempo se hayan caído la mayoría de aves como se están cayendo ya las hojas de otoño.







El monumental mural Cycles Lunaires es una obra sorprendente no solo por su atractivo visual, que resalta alegremente sobre el gris propio de la gran ciudad, sino también por su significado y en ella se traduce la necesidad de la artista por establecer y expresar un vínculo artístico entre el hombre y la naturaleza, algo que le llegó a Mademoiselle Maurice por su sensibilidad a algunos desastres naturales ocurridos en el país donde se interesó por el origami. Diversos acontecimientos ocurridos en Japón: el terremoto, y posterior tsunami, más el accidente nuclear de la central de Fukushima, que tuvieron lugar en marzo de 2011 así como algunos elementos de la tradición japonesa como la Leyenda de las Mil Grullas, ave que posee un importante valor simbólico dentro de la cultura japonesa, y la historia de la niña Sadako Sasaki han influido notablemente en la obra artística de Mademoiselle Maurice (en este enlace puedes leer esta antigua leyenda y la historia de Sadako así como los pasos para plegar el papel y construir una grulla de origami). En esta obra, que ha formado parte de la remodelación y reestructuración de una zona urbana de la ciudad de París, la artista, conocedora del elemento desestabilizador que una acción así puede provocar en el ciudadano, ha pretendido lanzar un mensaje de esperanza y optimismo para el hombre así como ha pretendido también llamar la atención sobre la relación de este con el medio ambiente y la naturaleza, sobre el respeto y la preservación del planeta y sobre el relación existente entre varios temas de interés generales para toda su trayectoria artística, como son el reciclaje, la reutilización o la regeneración, con el carácter de renovación propios de los ciclos lunares.







Todas las fotografias que aparecen aquí publicadas han sido obtenidas de la página web de la Galería Mathgoth.









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